El carro estuvo en los talleres revisándole un tema de pérdida de potencia y calentamiento. Toda la semana. Por tanto viajé de Ambato a Riobamba todos estos días en bus.

Hacía años que no cogía bus, no por peluconadas, sino que no pasan por la esquina de mi casa los que me dejarán en la esquina de mi destino. Vagancia? Posiblemente. Pero obtuve varias conclusiones:

No han cambiado mucho las cosas desde la última vez que les había usado:

1. la música depende del chofer, todos la tienen que oir, te guste o no. Tuve bastante suerte en estos días
2. la música del pasajero de atrás, joven casado, tratando de conquistar a una de las gatitas que viajaban con él, era reggaetón, esto es nuevo, pero no puedo quejarme, es un derivado del rap.
3. no sé por qué carajo nadie abre las ventanas en los buses, todo se llena de ese vaho húmedo y tengo que respirarme las toses de todo el mundo.
4. El primer día fue brutal, se montó un tipo a vender una medicina autorizada por todo el mundo (menos por el minsap) hecha por él.. estuvo 50 minutos exponiendo las ventajas (que eran múltiples, desde hacerte engordar hasta hacerte bajar de peso, no entiendo)… sí, 50 minutos de los 60 que tuvo el viaje, terminé mareado. Además vendió un cuaderno que servía para que te hicieras médico rápidamente, como él que es médico, que estudió medicina durante 3 años. Casi me infarto! Luego varios pasajeros le consultaron sus dolencias, todo lo resolvía con cáscaras de papa hervida y batido de maracuyá sin leche ni agua pero con limón.. todo todo.
5. El segundo día se montó una persona que insinuó que no quería volver a su pasado presidiario y por eso quería que yo le comprara algo… qué miedo!
6. El tercer día se montó una señora con una voz aflautada para venderme la misma medicina del pimer día. Igual la gente le consultó y ella contentísima dando recetas verbales.
7. De noche no se montan los médicos, sólo de día.

en resumen, no me desagradó e incluso creo que repetiré los viajes. Pues el costo es asequible!