Dejar, supongo que en la acepción 5: “Desamparar, abandonar”. Irse de forma que al menos en un buen tiempo no se intenta o desea regresar.
Cada quien lo siente a su forma. Yo ya había salido con antelación así que tampoco era que el volar o pasar migración o los trámites me fueran difíciles. Pero esta vez sabía que era para no regresar en un buen tiempo.. era para comenzar desde cero.
Fue el 28 de Agosto del 1999, salí tipo 4 a 5pm con todas mis cositas encima hacia un país donde no tenía muchas referencias: Ecuador. Un país en su momento bastante empobrecido y desconocido para nosotros.
Quiero hacer un aparte: mi papá me preguntó unos días antes si ya tenía todo listo para irme: ropa, abrigos, etc. Le respondí que para qué era necesario abrigos? No comprendía él la palabra “E-CUA-DOR”? mitad del mundo, donde los rayos del Sol caen perpendiculares.. “calor”!
“¿Ah sí?”, me dijo. “Ves las noticias todos los días de Ecuador.. que ves?”
Pues indios con palos parados en una plaza protestando contra el presidente (era la época de Jamil Mahuad y casi todas las semanas había un relajo diferente).
¿Y cómo visten esos indios?
Con ponchos…. respondí.. dándome cuenta enseguida que la altura traía consigo frío.
Tal era el desconocimiento.
Volviendo al tema: como familia todos estuvimos tranquilos esos últimos días o semanas. No recuerdo que nadie llorara por horas o días, no recuerdo llanto ni alharaca como a veces pasa, sino mas bien aprovechando esos últimos momentos en familia que sabíamos que cada segundo se acortaban más y que no se iban a repetir en bastante tiempo.
En aquella época los que pasábamos más de 12 meses fuera de Cuba perdíamos los derechos ciudadanos (derecho a volver a vivir allá, a votar, a trabajar, a pagar en la moneda nacional las cosas.. etc, etc). Era una decisión muy fuerte, sabías que te ibas y que NO IBA A HABER MARCHA ATRÁS. En mi caso incluso pasado 30 días de vacaciones no iba a poder volver a trabajar en la universidad donde trabajaba.
No era cuestión de decir: “me arrepentí voy a volver”. No había tanto desarrollo de internet, ni las llamadas eran baratas, ni me iba a encontrar con una boyante comunidad de cubanos. Era a integrarme en el país de destino! No era coger un vuelo cada 3 ó 6 meses y llevar cosas y ver a mi familia… los salarios no iban a dar y porque los trámites para volver a salir de Cuba eran engorrosísimos.
Y nada: salió el avión rumbo sur y ahi sí lloré viendo que la costa sur de Cuba se iba alejando y alejando. Las británicas de al lado mío eran mayorcitas y me hablaban bonito y trataban de que yo no siguiera llorando, pero ahi lloraba yo más! En fin, luego de 15 o 20 minutos ya me calmé, luego llegó la comida y todo me fue más fácil.
Pasé todo el trabajo que describen en los posts anteriores, y más. La gente siempre piensa que sólo les pasa a ellos pero no: TODOS tenemos una historia cuando emigramos… más o menos dura.
Por suerte nunca tuve que trabajar en algo diferente a mi profesión y en tema de papeles los finalicé todos de forma muy expedita. Luego el día a día, conseguir trabajo estable, aprender cómo se hacen las cosas en el país, ir integrándome, conocer el idioma (que es aparentemente el mismo Español pero a la vez es diferente en cuanto a sus giros, acepciones, bromas, etc).
Estuve penando calladamente por mi Cuba durante 5 años, 3 meses y 26 días. Todo allá lo imaginé tan perfecto, bueno y saludable. Aquí era todo tan difícil y lleno de trabas! Allá era mi ideal, allá hasta hablaban igual que yo, se comportaban igual que yo! Aquí era un extranjero más.
Anexo I:
Regresé y desde el mismo aeropuerto comprendí que no era tan así como uno idealizaba:
yo ya había perdido ciertos giros al hablar y formas para obtener lo que necesitaba… enseguida me identificaban como que no era de allá. La persona de la aerolínea cubana de aviación se negó a cobrarme y entregarme mi pasaje que yo ya había reservado meses antes para llegar a mi ciudad (y tenía evidencia impresa de ello) y quería que yo le diera un extra de dinero por algo que yo sentía era mi derecho porque tenía la reserva confirmada y el dcumento me decía claramente que sólo debía pagarlo al llegar. No se intimidó cuando pedí ver a su jefe(a) y me siguió tratando a la patada.
Yo tenía otras formas de comportarme: al final la jefa de él rápidamente reconoció que era mi derecho y me mandó a pagar. Y el IDIOTA de mí sacó una tarjeta de crédito (en aquel momento no eran así aceptadas en cualquier esquina allá) para pagar por el pasaje! Cuando me dijeron que no las aceptaban pregunté dónde había un cajero automático (en aquel momento no era así la cosa allá). Yo había perdido el foco de cómo era la cosa allá. Al final no fueron los empleados del banco o del aeropuerto los que me ayudaron sino un alma caritativa que viajaba a Santiago de Cuba y estaba esperando les llamaran que me indicó cómo debía hacer, con paciencia, como que él ya había tenido un encuentro así: “pídale a esa misma que le negó su tarjeta de crédito que le haga un avance en efectivo por ventanilla, con esa misma tarjeta, y le dice el monto”. Todo frente a ella, que era una perfecta estatua.
Le pedí que me diera 300 dólares. Ahí se armó la de Dios es grande!! Resulta que hacía unos meses ya no se aceptaban dólares (y yo no sabía o no recordaba) y me espetó que no me iba a dar lo que pedía porque la moneda era el peso convertib…. Ahí se me salió el cubano: pues dame en lo que te dé la gana pero dame: en chavitos, papelitos, cuc, pesos convertibles, como quiera que te dé la gana pero ya acaba de hacer algo …. pinga!. Entonces todo fluyó como debía fluir… todo salió perfectamente!
Ya en casa, días después, personas en mi familia se reían conmigo: ay qué educado estás! Hablas bajito, pides de favor y das las gracias!! No me había dado cuenta que yo había perdido lentamente la forma de hablar (le tengo un nombre pero no quiero ofender a mis compatriotas) y había adoptado muchos “por favor” y “gracias” que no es que no se den allá, pero tampoco se regalan cada 3 oraciones como acá se acostumbra.
Y bueno, luego de ese primer viaje todo tomó su lugar. No existe lugar perfecto, y si vas a emigrar tienes que apretar los dientes y acostumbrarte.